El risotto "Arroz, oro y azafrán" es un plato emblemático en la cocina de Gualtiero Marchesi, el fundador de la Nuova Cucina Italiana, una auténtica revolución gastronómica que ha tenido un impacto duradero no solo en la cocina italiana, sino también en la cocina internacional. Marchesi, a través de una constante investigación y experimentación, ha desarrollado un tipo de cocina al mismo tiempo creativa, fresca, ligera, esencial y refinada, caracterizada por una extraordinaria atención al detalle. Su filosofía se ha centrado en el equilibrio entre productos de altísima calidad, el uso de los sistemas de cocción adecuados, una visión innovadora de la dietología y la continua evolución del gusto, que siempre ha buscado perfeccionar, experimentando con nuevas técnicas y combinaciones de sabores.
El risotto "Arroz, oro y azafrán" es probablemente el plato más famoso del mundo creado por Marchesi, un auténtico icono gastronómico que ha marcado la historia de la cocina moderna. Este plato, concebido y servido por primera vez a principios de los años 80, entre 1981 y 1982, representa la síntesis perfecta de su cocina: sencillez, elegancia y refinamiento. La combinación de arroz, azafrán y oro es un homenaje a la tradición gastronómica italiana, reinterpretada con la visión innovadora y moderna del chef. Desde entonces, el plato se ha convertido no solo en una cita obligada para los amantes de la alta cocina, sino también en un símbolo de su cocina, un emblema de su arte culinario.
La singularidad del plato se hace aún más especial por la presencia de la hoja de oro, un toque final que no solo eleva el plato estéticamente, sino que también subraya su importancia y valor simbólico. El arroz, de color cálido y soleado, se embellece con un dorado que se combina perfectamente con la intensidad y delicadeza del azafrán, creando una sinfonía de colores y sabores.
La culminación de la experiencia sensorial del plato se produce en el acto de comerlo. Marchesi ha elegido servir este risotto con una cuchara, y no con un tenedor, como un gesto que invita a entrar en sintonía con el plato, a percibir su suavidad e intensidad de una manera más íntima y directa. El aroma del risotto es tan envolvente que inmediatamente da ganas de romper la hoja de oro al primer bocado, destruyendo en cierto sentido la “obra de arte” culinaria, pero al mismo tiempo realzando su valor y significado, como una creación que debe ser consumida y apreciada en su momento de máximo esplendor.
A Marchesi, hablando de este risotto, le encantaba repetir: "El brillo del arroz y del oro me parece altísimo. Es el plato que mejor reproduce mi concepto de belleza. Esencial, sin adornos". Esta frase contiene la esencia de su enfoque de la cocina: un arte que no necesita añadir elementos superfluos para ser extraordinario, sino que encuentra su belleza en la simplicidad, la pureza y el refinamiento de los ingredientes. El Risotto "Arroz, oro y azafrán" no es solo un plato para comer, sino una experiencia que involucra todos los sentidos y nos invita a reflexionar sobre la belleza que reside en las cosas esenciales, en las tradiciones revisadas con un toque de genialidad.
Con este plato, Gualtiero Marchesi no sólo ha creado un plato extraordinario, sino que también ha definido una filosofía gastronómica que ha influido en generaciones de cocineros y apasionados de la buena mesa. Su risotto sigue siendo un punto de referencia para todo aquel que quiera entender y apreciar la alta cocina, aquella que consigue combinar arte, estética y gusto en perfecto equilibrio.