El diseño y la funcionalidad inspiran el trabajo de Federico de Majo, cuyas creaciones van desde las líneas más tradicionales hasta otras de alto contenido técnico, que expresan el gusto por la innovación y la investigación de productos.
Con Zafferano, la experiencia de la fabricación de vidrio se une a la cultura del vino. La historia de Federico de Majo comienza en la cristalería familiar de Murano. Fue aquí, a mediados de los años 70, donde Federico de Majo comenzó a dedicarse con pasión al vidrio soplado y artístico. Más tarde, su atención y su gusto por el buen beber le hicieron desear fundar una empresa dedicada a la investigación y producción de copas de degustación.
Las colecciones de Zafferano son sopladas a boca y hechas a mano por artesanos que siguen trabajando como antaño. Este trabajo artesanal hace que cada pieza sea única y diferente de las demás, y por ello aún más preciosa. El logotipo característico, con la copa y la Z de Zafferano en su interior, certifica que el producto está hecho a mano.